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El sistema Táctil es el sentido del tacto. Sentimos presión, textura, dolor y temperatura a través de nuestra piel que nos ayuda a interpretar los estímulos que nos rodean. Podemos sentir la diferencia entre estímulos dañinos, como una espina, y estímulos que no son amenazantes, como una pluma
El niño Hipersensible al Tacto
Los niños que son hipersensibles al tacto pueden sentirse amenazados por cualquier tipo de toque, incluso si no es amenazante (Ayres, 2005).
Cuando hemos sentido una sensación táctil no amenazante por el tiempo suficiente, comenzamos a modular esa sensación, es decir, nos acostumbramos a él y ya no la sentimos conscientemente: Por ejemplo, inmediatamente después de ponerse un suéter grueso, puede sentir las fibras en tu piel; después de un tiempo, ya no prestas atención a la sensación y casi olvidas lo llevas puesto. Un niño con procesamiento táctil hiperreactivo sentirá el suéter pesado constantemente y puede agitarse con el constante tirón y frotamiento de las fibras en su piel.
Aquí hay algunos elementos que pueden proporcionarle a un niño hipersensible la información que él o ella necesita modular los estímulos adecuadamente:
Peluche
Pelota pegajosa
Frotar loción en la piel
Juguete para morder
Cepillo sensorial
Muestras de telas suaves
Actividades sobre la marcha para ayudar a un niño hipersensible a calmarse mediante el tacto:
Darse a sí mismo un abrazo
Envolverse en una manta
Dibujar con presión con su dedo sobre brazos, piernas o espalda.
Pegarle su sticker favorito sobre la piel
El niño con Hiporespuesta al Tacto
Un niño que no responde al tacto, por otro lado, tendrá dificultades para notar sensaciones táctiles en su piel, incluso si es amenazante. Como todos necesitamos tocar hasta cierto punto para sentir comodidad o seguridad en nuestro entorno, un tacto poco sensible evoca a nivel emocional sensaciones de inseguridad e incomodidad básicas.
El niño hiporesponsivo también necesita satisfacer sus ansias de ser tocados. Este niño buscará estímulos firmes, agudos, extremadamente calientes / fríos e incluso peligrosos para satisfacer su necesidad.
Esto pone al niño en riesgo de quemaduras, cortes y otras lesiones similares (Kranowitz, 2005).
Algunos elementos táctiles que pueden ayudar a un niño con hiporespuesta:
Jugar a amasar
Pelotas peludas de silicona
Arroz
Paño de felpa
Muestras de telas suaves y ásperas
Plumero
Papel de lija
Abanico manual
Jugar con hielo
Brochas de todo tipo
A continuación, presentamos algunas actividades que puedes disfrutar con el niño al estar fuera de casa y enseñarle para su auto-regulación:
Frotar rápidamente la piel de brazos y piernas
Escribirse mensajes en la piel con un toque ligero de los dedos
Acomodar con caricias su cabello -o al ser mayor, su barba-